Se acaba el año.

¿Ya tenéis preparadas las uvas?... Os deseo un feliz 2011 a todos.

Hoy no cuento ninguna historia, hoy soy yo... Susana.

Hoy una llamada por la mañana me rompía el corazón, "alguien" ayer con sus prisas dejaba tirada en el suelo rota en pedazos a mi hermana, sola en el frío y mojado asfalto del paso de peatones que está cerca de su casa... el atropello la deja con un hombro destrozado (los médicos hablan de ponerle una prótesis), una pierna rota y la cabeza magullada con dos golpes...

Espero que sepáis comprender que ante tal situación, estos días estaré un poco desenchufada del ordenador, voy a intentar estar a su lado lo máximo posible animándola y observando su evolución. Publicaré el día 26 en El Microrrelatista y hasta Enero no volveré a escribir en mis blogs, así que si no os "veo" antes del fin de año, os deseo que paséis unas felices fiestas. Gracias por estar ahí y un beso a todos.

Efluvios incontrolados.

- "Y la última...a vuestra salud"- dijo ella.

Al acabar la copa de vino empezó a ver las cosas de distinta manera, la lengua se le enredaba al hablar y le sobraba hasta el abrigo .

- "Parece que no sabes comportarte en ningún sitio... no me hagas esto... Carla, Carla... ¿no me oyes?".

Claro que lo oía, estaba cansada de oírle pero qué mejor que una celebración para emborracharse, dejarse llevar por los efluvios del alcohol y olvidarse de un perfectísimo marido que ya en la comida le había llamado la atención por beber demasiado.

Cuando la mujer del hijo del difunto, bebió el vino y devolvió el cáliz al atónito cura, no se le ocurrió otra cosa más que cogerle el micrófono y...

- "Laureano, suegro... esta va por ti"- y ponerse a cantar "Adiós con el corazón".

Extinción a bordo.

"Sigue lloviendo... las provisiones hace días que se terminaron y los carnívoros se empiezan a poner demasiado nerviosos. Señor espero que sepas darme pronto una señal". Una vez escrito esto, el hombre se levantó y se dirigió a una de las jaulas de los herbívoros. Aquella noche la cena se serviría poco hecha.

Una colaboración.

Algunos de vosotros ya sabéis que ayer salió en el blog de la ilustradora Clara Varela, "Escríbeme una ilustración", mi participación en el proyecto en el que a partir de una imagen suya había que crear una historia, pues bien , aquí dejo el resultado para aquellos que desconocían la iniciativa. Os animo a que paséis por su blog para que veáis las demás colaboraciones. Sigamos soñando...

SUEÑOS ESCRITOS.

Su pasión por los libros era infinita, de ahí que en su casa tuviera miles de estanterías con cientos de ellos. No había momento en el día que no tuviera uno en sus manos. Era feliz … si quería resolver misterios cogía uno de esos en los que se convertía en detective. Si deseaba no dejar de suspirar, entonces lo tomaba de la estantería que tenía al lado de la cama, esa donde colocaba los que solía leer por la noche antes de dormir para así poder soñar con hermosas historias de amor. Y si lo que quería era correr aventuras, entonces salía al jardín, y allí sentado en su vieja silla, escuchando los sonidos de la naturaleza, recorría el mundo entero realizando innumerables misiones. Tan pronto viajaba a lomos de un animal fantástico, regalo de un rey de un país muy lejano a los príncipes de un reino donde no existía el aburrimiento, como tenía que buscar un tesoro en una isla de piratas enanos…el caso era soñar con toda clase de historias y sabía que leyendo cualquier libro siempre, siempre, lo conseguiría.


Texto; su
Página web de la ilustradora; http://www.claravarela.com/ y su blog http://clarulina.blogspot.com/

Absurda, loca... soñadora.

Hoy después de mucho ha vuelto a escribir. Ya no tiene al lado a nadie que la llame tonta o soñadora loca por crear absurdas historias. El tiempo ha pasado rápido, demasiado rápido... y aunque ya no es la jovencita que amontonaba miles de ideas en cualquier libreta, hoy ha querido comprobar si aún era capaz de sacar algo de su vieja cabeza... Empieza a deslizar su pluma y al instante le faltan hojas. Sonríe, lo ha conseguido... la absurda hoy vuelve a disfrutar escribiendo finales felices a un montón de cosas... y llora, no se explica cómo llegó a renunciar a un sueño sólo porque alguien le dijo que era idiota. ¡Ayy, loca... qué tarde te has dado cuenta de que tonto era el cuerdo que nunca consiguió soñar con una historia!. Corre, sueña y sigue vistiendo de letras tus blancos folios, quizás mañana te lean... sí, ¿te imaginas?... quizás mañana todos consigan ser idiotas.

Encerrada.

Sigo aquí intentando salir, mientras fuera continúan inventando historias, parece que no se dan cuenta de que me he quedado encerrada. No paro de golpear el cristal pero no me oyen. Por fin, viene alguien...

-" Hola...¿qué tal estas?...hoy te has puesto muy guapa".

-"Por favor sácame de aquí y jugaré contigo".

-"¿Qué?...¿me has dicho algo?".

-"Sí soy yo...déjame salir".

-¿Que estaría más guapa con una corona?...¡claro!, voy a buscarla.

-"Noooo..." se va. Me voy.

De nuevo sola en la zona más profunda del espejo. La próxima vez que se acerquen al cristal volveré y gritaré más fuerte, quizás entonces alguien me ayude a salir.

Contando.

"Soy el mejor, estoy casado con la tía más buena del mundo, todos me envidian, tengo un montón de pasta con la que comprar lo que se me antoje y...¿cómo?...¿quién me está hablando?..."

"Uno, dos..."

"Quién anda ahí...."

"Y tres".

No hizo falta decir más. Aquél hombre abrió los ojos, se levantó de la silla, y a continuación varios hombres del público tuvieron que ir a separar a aquél incrédulo que salió de voluntario diciendo que todo era una farsa, del pobre mago que intentaba esquivar sin suerte los puñetazos.

La reunión.

"Hola, mi nombre es Jack y llevo una semana sin asesinar a nadie" . Tras su presentación nadie se atrevió a decir nada. A ver quien iba decirle a aquél hombre que aquellas reuniones de auto ayuda no eran precisamente para problemas como el suyo.

Un día importas y al siguiente...

"No se lo aviso más, empieza usted a asustar a padres y a niños con tanto sentarlos en su regazo...haga que dibujen, canten o que se lancen pelotas, pero nada más...y quítese ya ese gorrito rojo, estoy cansado de decirle que no pega con el uniforme de la ludoteca".

Historias a medias.

En cuestión de poco tiempo, he viajado hasta la luna, he salvado a un príncipe en apuros, me han acusado de guardar en el congelador los restos de un antiguo amor, la cabeza concretamente...y hasta he sido un monstruo. Lo extraño de todo es que no tengo ni idea de cómo he podido pasar de ser una cosa a otra, no recuerdo el final de las historias y no sé porqué he acabado apretada en este lugar junto un montón de gente que pide ayuda para salir...oigo ruido...nada, otro más que baja.

Un juego inocente.

Sin duda, aquello que comenzó un día como un juego entre dos viejos amigos en el geriátrico, se había acabado convirtiendo en una sana competición; el que más compañeros de habitación viera pasar por ella, ganaba.

Besos perdidos.

Hoy he recordado algunas cosas de mi niñez, cosas como cuando bajaba a toda velocidad las escaleras para ir a jugar, daba igual que viviera en un quinto y que en la calle no hubiera nadie...los ramos de flores que hacía con margaritas del jardín prohibido, el que tenía el letrero de "no pisar"...o las carreras que me pegaba cuando pasaba al lado de la casa de aquella mujer empeñada en pincharme si no comía, una mujer que mi madre decía conocer pero que yo jamás había visto. Y sobre todo he recordado tus besos, al arroparme por las noches, a la vuelta del colegio...o simplemente cuando estabas contenta.

Ahora ya no hay juegos, ni ramos como los de antes con mis tarjetas invisibles diciendo "te quiero"...ni si quiera vivo en un quinto...pero aún así, mi mejilla sigue esperando un beso como aquellos...esos que tanto echo de menos y que se perdieron hace mucho, mucho tiempo.

Venganza.

-"Creo que ha habido una confusión...yo tenía que operarme de la vesícula y me duelen los bajos una barbaridad"- le decía al cirujano después de despertarse de la anestesia -"Oiga...¿le conozco?...su cara me es familiar". Nada más acabar la frase sufrió una regresión a la noche anterior, al momento exacto en el que mientras le hacía a ella retorcerse de placer, había visto la fotografía del marido de la susodicha en la mesilla de noche.

- "No se preocupe, todo va perfectamente"- le dijo el cirujano con una sonrisa en la boca, mientras abría y cerraba sus dedos índice y corazón -"...perfectísimamente".

Siempre me acordaré de ti.

Cuando vinieron de la funeraria para colocar al abuelo en la caja, todos se miraron extrañados al comprobar que alguien le había llenado de piedras los bolsillos de la chaqueta y del pantalón.

-"Perdona mamá...es que tú siempre me dijiste que cuando se mueren van al cielo, y yo no quiero que se vaya".

-"Pero hija, para qué quieres que se quede...él ya no está".

-"Bueno, hacemos que está durmiendo y todo resuelto...últimamente siempre estaba en la cama".

-"No cariño, hay que dejarle ir".

-"Está bien que se vaya, pero que no espere que vaya a visitarlo...esto de morirse de pronto no se hace...¿quien hablará conmigo, quien me contará cuentos...con quien hablaré yo?".

-"Me tienes a mi"-contestó la madre.

-"Ya"- dijo ella, recordando el "ahora estoy ocupada"que tan frecuentemente le decía.

Entonces suspiró y mirando el ataúd pensó;

"No te preocupes abuelo...aunque no estés, seguiré hablando contigo".

Incapaz de trabajar.

En el trabajo las cosas ya no eran como antes, ahora sólo provocaba risas y nadie le tenía miedo. No paraba de preguntarse qué fueron de aquellos tiempos en los que era el rey indiscutible de la noche y dejaba a todos con la boca abierta, qué había pasado para que perdiera fama y provocara indiferencia. No...no le gustaba nada lo que estaba sucediendo, así que decidió no volver a salir del armario por una buena temporada...hasta que todo cambiara, ya estaba bien de que lo trataran como a un animalito gracioso con el que poder jugar.

Necesito mis recetas.

Creo que últimamente el médico no me presta atención, antes en las consultas él me explicaba pacientemente cómo debía de curar mis dolores de espalda, me recetaba unas pastillas buenísimas para la tensión, me hablaba de especialistas muy buenos para curar mis depresiones, me comentaba lo que debía hacer para colocar bien mi parche del corazón...con el tiempo creo que forjamos hasta una buena amistad, pero últimamente, ni me atiende bien, ni me receta nada nuevo. Según dice, a mis 74 años estoy como una rosa y no necesito nada, que para qué....tengo que cambiar de médico.

Feliz Halloween.

Nos vemos la semana que viene, feliz fin de semana a todos.

Malas costumbres.

Aquél día las risas, el cachondeo que se traían a su costa y las humillaciones habían sido mayores que otras veces... ya no pudo más y gritó "BASTA", sus mejillas se encendieron y desde el interior de sus entrañas empezó a notar como la rabia le subía hasta la boca...necesitaba escupirla a todos aquellos que seguían mofándose de él. Justo cuando se disponía hacerlo se oyó un ruido...todos enmudecieron al ver entrar a su jefe en la oficina. Solía pasar de vez en cuando para controlar a sus trabajadores, daba un vistazo y se regresaba al despacho de la planta de arriba a seguir fumando puros y tomando copichuelas con las visitas...no importaba la hora de éstas, el viejo dueño de la empresa siempre estaba dispuesto a darle trabajo al hígado.

Así pues, se tragó la rabia e hizo como si nada. Hoy se iría con el dolor de estómago más fuerte que de costumbre. Mañana resolvería el asunto con sus compañeros...y si mañana no podía, al día siguiente. "Bueno...daba igual" pensaba, "puede que las cosas cambien, lo dejaré pasar como otras veces. Eso sí, la cita para el médico tengo que pedirla de inmediato, últimamente ya no sólo me duele el estómago...el dolor en el pecho lleva unos días siendo demasiado intenso, aunque bueno...será una tontería".

Las mejores historias.

Todos los días cogía el mismo libro, uno bien gordo y grande con tapas azules...un libro especial, diferente a todos, uno con todas sus páginas en blanco. Buscaba el sitio adecuado, se acomodaba, lo abría con sumo cuidado y entonces...soñaba.

Cuestión de espacio.

-"No sé porqué te pones así...vivimos de lo mejorcito, no tenemos que trabajar, ni pagar hipoteca, estamos todo el día de cháchara hablando con los vecinos, ya no te tienes que preocupar por las comidas que te sientan mal...de qué carajo te quejas".

-"En primer lugar estoy cansada de estar aquí, en segundo lugar, lo de antes sí que era vida, este sitio no me gusta nada...y por último, sabes que siempre me ha gustado mi espacio...me agobia demasiado estar tan pegaditos".

-"Bueno mujer, no es para tanto, además recuerda el siempre juntos para lo bueno y para lo malo...je,je".

-"Sí, y recuerda tú que era hasta que la muerte nos separe...si tú te fuiste 15 años antes, explícame porqué coño me han metido en el mismo nicho que a ti . QUI-E-RO mi espacio, ¿es mucho pedir?".

-"No, no, no ,no...que va ser mucho pedir... tú protesta, protesta".

Reflexiones.

"Estoy empezando a creer que todo el que se pega a mi lado es por interés..."

Ejercicios de memoria.

-"Recuerda tienes que ejercitar la memoria para que no se te olviden las cosas", le dijo aquella señora de bata blanca.

Cuando llegó a casa cogió el álbum de fotos familiar y se dispuso a poner nombres a toda aquellos desconocidos, al gordo lo llamo gordo, al feo...feo, a la niña...niña... Pensó que ese era un buen ejercicio, si los días siguientes recordaba sus nombres significaría todo un éxito y seguramente, hasta se pondría contenta la chica que vivía con ella, la que lloraba cada vez que la abrazaba.

Mis pin-ups de Octubre.

Viento, lluvia, días más cortos...las primeras heladas, naranjas, castañas... Cobrizos en las hojas que caen y bailan por las calles con el aire...calabazas, huesos de santo, setas, árboles desnudándose y de nuevo, los calcetines de lana, medias cubriendo piernas...Octubre un mes mágico, un mes lleno de balances del verano, de recuerdos más intensos. Dentro de muy poquito me quedaré embobada mirando la leña quemarse en la chimenea... Olor de mandarinas, chocolate bien caliente, sopas de ajo...tierra mojada...pronto, muy pronto llegará el frío.

Entre la oscuridad.

Hoy muero, hoy me doy realmente cuenta de que he vivido de recuerdos, de imágenes flotando en mi cabeza, de palabras enterradas en el ayer...de suspiros que lo único que me dicen, es lo mucho que te extraño.

Estoy cansada de esta absurda realidad que me mantiene lejos, estoy cansada de llorar, de intentar ver colores en las cosas cuando no los hay.

Hoy veo en lo que me he convertido, en lo que he dejado atrás, lo que era antes de ser esto...y me maldigo.

Ya no encuentro palabras, ilusiones...no encuentro nada. Hoy creo morir cuando en realidad ya he muerto.

Seguiré vagando entre las sombras, echándote de menos, llorando a cada paso...esperando que llegue la oscura noche en la que nos toque ir a buscarte.

Pequeña esencia.

Quizás llevaba demasiado tiempo haciendo de quien no era...demasiado porque ya no era capaz de reconocerse delante de su espejo.

-"¿Qué ha pasado?"- se preguntaba.

-"Que la esencia se va perdiendo"- le contestó el espejo.

-"Entonces, ¿cómo sabré quien soy?".

-"¿A mi me lo preguntas?...tú empezaste a ser diferente el día que dijiste la primera mentira, tú decidiste ser como otros querían que fueras, tú te convertiste en lo que los demás deseaban, eres un títere de los demás..."

Cuando la niña escuchó todo lo que no quería oír cogió una de sus muñecas de porcelana y la tiró al espejo haciendo que ambos se rompieran en mil pedazos.

-"Puerco espejo...¿vas a ser tú el que me diga lo que estoy haciendo mal?. Yo soy más que tú".

Y la esencia se perdió para siempre.

Aurora y sus recuerdos.

Aurora se limpiaba las lágrimas con un viejo pañuelo amarillento, quizás blanco en otros tiempos...no entendía porqué venían a robarle a su casa...ella no tenía dinero, pero eso parecía que ya lo sabían los muy desgraciados, porque nada más abrir la puerta se abalanzaron hacia el pasillo para llevarse todos los recuerdos, esos que la anciana guardaba en bolsas..."Son mis cosas, ¿para qué las queréis?", les decía. Por más que gritaba, nadie la ayudaba...lo único que hacía aquella gente, que contemplaba en la calle cómo los ladrones enmascarados se lo llevaban todo, era aplaudir.

La feria.

"No quiero volver nunca más aquí. En el tren de los niños una bruja me ha perseguido por el túnel dándome con su escoba en la cabeza, más tarde he visto que la muy malvada ha estado hablando con la señora del puesto de las manzanas con caramelo...manzanas con caramelo rojas, muy rojas...sí, sí, como las de Blancanieves...seguro que están envenenadas...y antes, el paseo en esos caballos atravesados con un palo me han mareado. ¡Mamá...por favor te lo digo...vámonos pa casa ya!".

Ojos de niña.

No sé donde he dejado las fotos que de niña saqué a un montón de cosas con mi cámara mágica, cosas como el baile de las mariposas, el desfile victorioso de las hormigas que venían de la guerra...la llegada a la meta de una carrera de caracoles, las señales de humo que los indios hacían a lo lejos... ni se dónde están, ni sé qué ha pasado con mi cámara...ahora no es mágica pues por mucho que miro por el visor del objetivo ya no encuentro lo que por ella veía ayer.

Prisionera.

Siempre la misma música, siempre el mismo escenario, los mismos pasos, la misma actuación, que por cierto cada día que pasa es más corta... sin aplausos...hoy tengo la firme convicción de que jamás podré salir de entre estas paredes de madera que me mantienen prisionera la mayor parte del día, estoy cansada del espejo, de mi reflejo...oigo un ruido, alguien viene...este maldito muelle me avisa que pronto saldré a escena...un, dos, tres y arriba.

Pinceladas.

Acabada la obra ella se sintió feliz. Atrás dejaba largos días de espera en los que lo único que deseaba era que terminaran de formarse para saber si aquél que aguardaba a su lado la amaba. Tantas noches durmiendo bajo la misma tela protegiéndose de miradas indiscretas, tanto tiempo juntos...callados...y sólo supo que él sentía lo mismo, en las últimas pinceladas...esas en las que el gran maestro les pintaría sus manos entrelazadas para dejarlos unidos para siempre.

Play

"¡Otra vez la dieta al carajo...me cago en el que le dió al play!".

Un corazón roto.

Hoy quiero dormir, olvidarme de todo, no pensar en nada...aún sigo arrastrando con un hilo de esperanza un corazón roto. Y aunque unos días pareciera transformarse en globo hinchado de ilusiones...otras pesa demasiado y tengo que ir tirando por él mientras le digo entre susurros "Venga, vamos...no te rindas". Trato de convencerlo pero es difícil, él ya no cree en nada. Hoy quiero dormir, estoy cansada de arrastrarlo y no quiero que de tirar por él tanto acabe rompiéndose este pequeño hilo que nos mantiene juntos.

"Mañana será otro día, tendré más fuerzas para seguir llevándote...quién sabe, quizás mañana no me hagan falta y me lleves tú de nuevo, como hacías antes...¿recuerdas?".

Sigo soñando.

Sigo mirando más allá, más lejos...sigo formando palabras, frases...mandando besos aún sabiendo que se pierden por algún lado...apartando ilusiones rotas y reemplazándolas por otras. Y mientras lo hago me rodeo de estrellas, blancas nubes de todas las formas, suspiros profundos...una, dos, treinta lágrimas...sonrisas de alguien que me tocó el alma...así, al igual que un mago va sacando de su chistera cosas, yo saco todo lo que voy guardando en mi cabeza, esa que a veces pareciera loca pero que lo único que quiere es seguir soñando y formando historias.

El camino.

Jamás había sido una persona decidida así que cuando el camino se bifurcó su agradable paseo acabó convirtiéndose en todo un problema. Aparecieron dudas, desconfianzas, inseguridades...¿cual de los dos elegir?. Menos mal que los aullidos del lobo la ayudaron a decidirse, ya que nada más oírlos Caperucita roja dio la media vuelta y desanduvo con celeridad sus pasos..."Supongo que abuelita lo comprenderá".

Hoy quiero...

Hoy quiero escribir cosas bonitas, quiero sentir que me coges fuerte, emocionada... Hoy deseo dibujar corazones, escuchar tu sonrisa, soñar con tu sueño, notar tus suspiros saliendo del alma...sí, hoy quiero, pero... ¿y tú...querrás tú?. Lo sabré cuando me cojas con tu suave mano y empiece mi baile sobre el papel blanco, ese que hoy espera no llueva al posarme en su regazo.

Borracha.

Después de emborracharse la noche anterior con sus recuerdos, hoy sólo le quedaba pasar la resaca a golpe de tazas bien cargadas de "tengo que olvidarte", quizás así suavizara los abusos del "te quiero" que tanto se tomó cuando se dio cuenta de lo sola que estaba.

El raro.

Lo llamaban loco aquellos con los que ahora vivía en las afueras del pueblo y se suponía eran familiares lejanos, no sólo porque el nuevo fuera raro, sino porque además hablaba un lenguaje extrañísimo...ese que aprendió tiempo atrás antes de que le dejaran marchar para ir en busca de aventuras...uno que tan sólo se basaba en repetir las siguientes palabras;

"Perico mamón...quiero dormir...dormir...dormir...periiicoooo...mamón".

¿Hasta aquí llega la crisis?.

"Espero que cuando te de el beso las cosas cambien MUCHO...MUCHO...MUCHO".

Mi estrella.

Y sueño...te echo otra vez de menos, pienso en todas las cosas que me hubiera gustado que vieras, en las veces que he deseado tenerte cerca...muy cerca. Y vuelvo a pensar en lo injusta que es la vida...me quedaron tantas cosas por decirte, tantas...demasiadas. Hoy miro al cielo buscando de nuevo tu estrella, aquella que imagino será la tuya...la más brillante, la más grande, esa a la que acudo para dirigirme a ti cuando necesito hablarte.

Hoy a quien echo de menos es a ti, sólo a ti...estás ahí ¿verdad?...cuida de las demás estrellas, esas que te han ido llegando poquito a poco...las que alguien también llora.

Mañana volveré a buscarte para hablar contigo, te contaré lo mucho que te extraño, que llueven lágrimas al recordarte y que te quiero...tanto...tanto, que en las noches jamás dejaré de mirar al cielo.

Un aviso.

Rota.

Hoy soy una cuerda rota con sueños que se deshilachan poco a poco con tu ausencia...qué tonta...tonta...y tonta soy, que no consigo dejar de pensar en ti.

Huelga en el circo.

Cansadas de que todo el mérito lo llevaran los tigres, las pulgas acróbatas se pusieron en huelga. No acababan de comprender por qué no se les reconocía su trabajo y deseaban ser tratadas por igual... ¡A ver quién las sustituiría en el número de atravesar el arco de fuego a lomos de los felinos haciendo piruetas!.

Mi príncipe de dos piernas

Todas las mañanas te dejo mensajes en la arena, pero no sé qué pasa que nunca te das cuenta...

Crecí escuchando...

Menudos recuerdos...

¿Y tú...con qué canción te quedas?.

Una fiesta pasada por agua.

-"¡CORREEEEER!"-gritó uno de ellos y los nueve niños de cuatro años invitados al cumpleaños empezaron a hacerlo, cada uno en una dirección diferente...todos menos Pablo que paralizado por el miedo se quedó allí, con la boca abierta observando la transformación. Mientras, en la casa, la madre tomaba un café con las demás. Ninguna se dio cuenta de que había comenzado a llover.

-"Voy al jardín a mirar qué tal se portan"- dijo una.

-"Déjalos, están con el payaso...¿no los oyes cómo gritan?...eso es que les encanta"- le comentó la anfitriona.

Cuando el del pelo rojo estirado y la cara desdibujada por el agua empezó a gruñir, el boquiabierto se desmayó.

-"Grrrrr...demonios...una hora de maquillaje y el traje a tomar por el cul...y dentro de media hora tengo otro cumpleaños...¡Niñooo!...estas tonto, no te tumbes ahí que te vas a poner perdido...¡NIÑOOOOO!".

La resaca del verano.

AAAAAARRRRRGGGGG!!! Serían las margaritas, las barbacoas, el cava, las fiestas o las ensaladitas de verano...no estas últimas no creo.

Te lo prometo.

Todos los días salía abrazada a su corazón, enseñando su objeto de mayor valor, deseando encontrar alguien con quien compartirlo, pero por mucho que buscaba nunca encontraba a nadie y nadie los encontraba. Cansada de aquél mundo lleno de mentiras, golpes, falsas apariencias, engaños y desilusiones decidió entonces esconderlo para evitar que resultara dañado por aquellos que ya no sabían donde estaba el suyo...no podía dejarlo fuera.
Fue así como aprendió a llevarlo muy dentro, escondido. Por las mañanas saldría a enfrentarse ella sola al mundo, debía cuidarlo...luego, de noche ya en casa, volvería a sacarlo para hablar de sus sueños, esperanzas y anhelos...para prometerle que llegaría un día en que volverían a pasear abrazados; "Cuando cambien las cosas corazón...cuando cambien y nos quieran volveremos a salir fuera".