
Aquél día las risas, el cachondeo que se traían a su costa y las humillaciones habían sido mayores que otras veces... ya no pudo más y gritó
"BASTA", sus mejillas se encendieron y desde el interior de sus entrañas empezó a notar como la rabia le subía hasta la boca...necesitaba escupirla a todos aquellos que seguían mofándose de él. Justo cuando se disponía hacerlo se oyó un ruido...todos enmudecieron al ver entrar a su jefe en la oficina. Solía pasar de vez en cuando para controlar a sus trabajadores, daba un vistazo y se regresaba al despacho de la planta de arriba a seguir fumando puros y tomando copichuelas con las visitas...no importaba la hora de éstas, el viejo dueño de la empresa siempre estaba dispuesto a darle trabajo al hígado.Así pues, se tragó la rabia e hizo como si nada. Hoy se iría con el dolor de estómago más fuerte que de costumbre. Mañana resolvería el asunto con sus compañeros...y si mañana no podía, al día siguiente. "Bueno...daba igual" pensaba, "puede que las cosas cambien, lo dejaré pasar como otras veces. Eso sí, la cita para el médico tengo que pedirla de inmediato, últimamente ya no sólo me duele el estómago...el dolor en el pecho lleva unos días siendo demasiado intenso, aunque bueno...será una tontería".
Bien, muchas veces por tonterías así surgen problemas verdaderamente serios, pero, al final, se fastidia el de siempre y los de alrededor seguirán tan panchos como si nada.
ResponderEliminarSaludos.
Hay dos opciones. O explotas, o no. El problema está pendular tanto entre ambas.
ResponderEliminarHuyy… ¡Que chungo lo tiene el pobre hombre! Un beso.
ResponderEliminarCallar agudiza los problemas y la salud se resiente. Que maravilla de relato Su.
ResponderEliminarBesos wapa.
Ya pasará. ya pasará... buena excusa que muchas veces empleamos.
ResponderEliminarAbrazos
Dúo especial úlcera e infarto.
ResponderEliminarNo todos tienen a ambos, unos suelen tener el primero ó le segundo.
Hay que ser preseverante para tener a ambos.
Besossssss
Los problemas hay que cagarlos, sí, es así, sino te pones malo.
ResponderEliminarUn saludo mañanero
En resumen, no dejes para hoy lo que puedas hacer mañana. Siempre nos consuela pensar que mañana tendremos un ánimo distinto y que podremos arrostrar los problemas que hoy nos paralizan. Es una forma más de autoengaño, pero a la larga se revela estéril, porque ¿por cuánto tiempo se puede engañar a la conciencia?
ResponderEliminarUn abrazo, Su.
No debemos tragarnos la mierda! Está claro que eso tiene que hacer daño en alguna parte
ResponderEliminarUn beso
Vaya pedazo de estrés. Si lo deja puede ocurrir que le de un derrame. O cambia de trabajo o de cabeza.
ResponderEliminarBlogsaludos
siempre dejamos lo mas importante para lo último si que son malas costumbres, un besito su
ResponderEliminarCada vez el texto se va alargando, como en las películas antiguas se va mostrando más carne
ResponderEliminarTe cuento algo que le sucedió a mi cuñada este verano: en agosto sufrió un dolor intenso, agudo en el estómago. Fue al médico de cabecera, éste le envió una serie de analíticas, también le remitió al especialista, al ecógrafo, pensaban hacerle un TAG y una prueba de contraste para averiguar qué pasaba, de dónde llegaba el dolor y qué lo causaba. Una vez que la visita molesta que soportaba en su casa desapareció (estuvieron durante doce días... imagínate), todos los dolores, el malestar de estómago milagrosamente desapareció. Mi cuñada ya no fue al especialista (la cita era para finales de septiembre), tampoco fue necesaria la prueba de contraste, ni el TAG... nada, lo que producía todo aquel malestar fue la visita y tener que aguantarlos.
ResponderEliminarCuando me contó esta historia me sorprendió la relación tan profunda que existe entre: mente y cuerpo.
Me gustó tu lectura.
saludos.