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3 de junio de 2012

Cosas viejas








En algún momento me perdí... no recuerdo ya cuanto tiempo hace de ello, pero así fue, me salí del camino sin darme cuenta, dejando atrás mi esencia. Hoy me desconozco... he esperado años y años, he buscado por un sin fin de lugares, he intentado volver sobre mis pasos, pero no ha quedado rastro ni indicación que diga cómo dar la vuelta... no soy lo que era y por mucho que lo intente, el tiempo ha pasado dejándome huella... no, no soy lo que era y lejos de recuperarme me hundo cada vez más. No soy lo que era y el día tras día tan sólo me enseña que por mucho que quiera parar un reloj, por mucho que quiera volver atrás, el pasado ya no volverá. Echo de menos eso y egoísta me castigo imaginando un "si todo hubiera sido diferente" y hago balance; no todo es malo, siempre hay algo que merece la pena. Y tiro unos días más, unos meses... unos años. Y me visto cada mañana y sonrío cuando hace falta.



En algún momento me perdí y ya nunca supe volver a casa... la risa se convirtió en máscara, los juegos de niño en un cómo hacer para arreglarlo, en un cómo volver... ya no hay beso de buenas noches, ni una mano que me lleve... no hay un "venga, arriba, lucha que puedes", ni oraciones que valgan al cielo... el cielo acaba llevándose a los buenos.
No hay sueños y los que quedan intento auparlos alto, que no se rocen contra el suelo, no deben de gastarse... pero pesan, pesan los días en los que de repente me miro frente al espejo... y sólo veo viejas cosas, cosas viejas.




Me perdí un día sin darme cuenta y desde entonces trato de verme en un cuerpo que me ha venido grande... no hay sastre en el mundo que arregle arrugas tristes o que un nuevo camino de vuelta hilvane.




Si pudiera darte mi vida algo que mereciera la pena... cansada de buscar salida, llevo mucho aquí sentada, ¿quién sabe? quizás alguien se dio cuenta y me busque, sí... quizás. "Quizás" puede que sea el último de los sueños tras cientos de fracasos.