
"No quiero volver nunca más aquí. En el tren de los niños una bruja me ha perseguido por el túnel dándome con su escoba en la cabeza, más tarde he visto que la muy malvada ha estado hablando con la señora del puesto de las manzanas con caramelo...manzanas con caramelo rojas, muy rojas...sí, sí, como las de Blancanieves...seguro que están envenenadas...y antes, el paseo en esos caballos atravesados con un palo me han mareado. ¡Mamá...por favor te lo digo...vámonos pa casa ya!".
La desbordante imaginación de los más pequeños...
ResponderEliminarUn saludo.
Esto da la sensación de alguien que no ha tenido una linda niñez y lo digo por experiencia propia,saludos
ResponderEliminarQué pena que se pierda, poco a poco, esa visión infantil.
ResponderEliminarUn beso.
Según leía pensaba... pero que niña! que se divierta! que disfrute!
ResponderEliminarQue no deje de serlo...
Abrazos
Atrapada por los cuentos!
ResponderEliminarQué bueno Su
Un beso
A mi me gustan esos caballitos, y el algodon de azucar, y las casetas de tiro, los trocitos de coco... pero hace años que no voy a la feria.
ResponderEliminarBesos Su.
Sin duda las manzanas están envenenadas, de un veneno dulce y maravillloso.
ResponderEliminarY las bombillas de colores, la música de las atracciones, los empujones en los coches de choque, las almendras garrapiñadas...puff!! y la niña esa queriendo irse para casa. Un abrazo maile.
ResponderEliminarComo se nota que las has probado Raúl...a decir verdad, yo jamás.
ResponderEliminarRubo...y de los no tanto. Un beso tímido.
ResponderEliminarfiaris, veo tristeza en tu comentario espero que recobres pronto tu sonrisa.
Torcuato...yo no creo que se pierda, tan sólo no hacemos uso de ella. Abrazos.
Tocaya...será tonta la niña, pues anda que no se pasa bien en la feria...sólo tenía que proponérselo ¿verdad?. Abrazos.
ResponderEliminarAnita, parece que le marcó el cuento de Blancanieves a la protagonista...si es que los niños se toman muy en serio los cuentos jejeje. Nos vemos.
Ja,ja,ja...jo con la niñita...yo que de peque le arranqué dos veces el pelucón naranja a un payaso y me dió un yuyu cuando descubrí que era calvo. El tontaina me molestaba SU. Si yo no era mala de pequeña, sólo me defendía...
ResponderEliminarUn saludo maja.
NORMA me parto contigo, tenías que hacer otro blog contando todas tus trastadas ja,ja,ja. Un beso.
ResponderEliminarMejor envenenada que quedarte sin dientes en las encias. Esas manzanas son un arma de destrucción masiva
ResponderEliminarTu relato me ha traído buenos recuerdos de cuando mi padre me llevaba con mis cinco hermanas a la feria. creo que él se lo pasaba mejor que nosotras.
ResponderEliminarBesos wapa.
Nunca me atreví a comerme una de esas, me asustaba el hombre que las vendía, así que siempre corría hacia el algodón de azúcar que con mimo hacía su señora. ¡Qué cosas me vienen a la mente cuanto te leo!
ResponderEliminarBesos.
Claro que están envenenadas, por eso yo nunca las compraba.
ResponderEliminarbesotes
Qué ilusión de pequeños con "las barracas". Eso y el circo eran las fiestas para nosotros.
ResponderEliminarEs cierto: hoy hablando en con niños sobre la fiesta de Halloween han asociado inmediatemente al tren de la bruja y cómo esta le dió con la escoba... todos y todas recordaban ése momento. Por tanto, muchas de las atracciones de la feria, no deben ser muy agradables para ellos...
ResponderEliminarMe gustó la idea y la forma de escribirla y tratarla.
saludos.
!Que pena que la niña no supiera tener ilusión y no disfrutara de la feria...y le provocara todo miedo.
ResponderEliminarBesitos guapa y buen puente!
La feria, un lugar hermoso, yo me subia a los carritos chocones ja, y esas manzanas de dulce jámas me gustaron no podia morderls eran demasiado grandes, pero mi mamá siempre nos las compraba porque a ella le gustaban y claro se terminaba comiendo la mia y la de mis hermanas que tampoco les gustaban ja linda mi madree.
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