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9 de marzo de 2011

Laura y el cine.


Como a Amelie Poulain a Laura le gustaba ir al cine y mirar las caras de los espectadores cuando se proyectaban las películas. Se reía cuando veía que pasaban miedo con una de terror, lloraba cuando derramaban lágrimas y mocos en las que tenían escenas tristes , sentía emoción cuando se inquietaban en los asientos con las de suspense... Laura era diferente.
Así, fue conociendo a los más asiduos de aquél cine tan viejo que tenía en frente de casa. Uno que conservaba aún sus butacas de madera con asientos abatibles acolchados de tela roja, que en su día debió de ser aterciopelada y que ahora tenía brillos por el desgaste... un cine que olía a madera vieja, como el corredor de la casa de su abuela, aquél donde solía jugar de pequeña a hacer música con el rechinar de la madera...
Con su peculiar manera de ver las películas, conoció a valientes que no lo eran, a forzudos de lágrima fácil, a soñadores con sonrisas perpetuas... a niños aventureros... incluso conoció a príncipes azules que de príncipes tenían poco, más bien eran ranas que llevaban en cada ocasión una princesa diferente, princesas con caras de idiota... enamoradas. Pero sin duda, quien le había llamado la atención más era "el chico de las mil caras", ese tan expresivo y que se quedaba embelesado en las películas románticas que tanto le gustaba ver. Tanto llamó su atención que Laura, decidió después de un tiempo y tras ensayar muchas veces ante el espejo, sentarse un día a su lado. Esperaría a que entrara y luego le pediría permiso para poder hacerlo... quería ver la expresión que pondría su cara cuando se lo preguntara, estaba convencida de que con ello sabría si le gustaría al chico o no... La sesión de las ocho del domingo, sería la ocasión perfecta.
Cuando llegó el día a Laura no le dejaban de temblar las piernas en la puerta de acceso hacia las butacas, el corazón le iba a mil y las uñas ya las tenía más que mordidas, pero estaba decidida.
Vio pasar a los valientes que no lo eran, a la vieja que siempre se dormía, al príncipe-rana con otra princesa (nueva, cómo no), al niño que se creía spiderman... y las puertas se cerraron... y la película empezó a proyectarse. Después de tantos estrenos, Laura se quedaba sin ver aquél con el que había soñado tanto. "¿Qué había pasado?" se preguntaba, "¿estaría enfermo?"... era algo extraño. A la salida comprendió.
Al lado del cine había un parque, en el parque bancos y en los bancos enamorados, qué iba a saber ella que aquél día la chica de las palomitas no trabajaba... cómo iba a saber que el chico de las mil caras y ella eran novios.
Ahora a Laura no le gusta ir al cine, prefiere ir a bailar a la discoteca y si miran... y si miran ya mirará ella.

16 comentarios:

  1. Impresionante foto... por cierto yo también miraba en el cine a otras personas...de pequeño cuando era sesión continua, me acuerdo de Tiburon, que la vi dos veces seguidas, la segunda vez miraba más la cara de susto del personal que la película...
    Luego yo también me fui a las discotecas a mirar...

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  2. Las ilusiones no siempre apuntan en la dirección correcta pero queda el consuelo de un mundo muy, muy grande, con muchos cines, muchos parques, muchas discotecas, etcétera, etcétera.
    Besos.

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  3. Siempre hay alguien que me recuerda a Amelie Poulain... La adoro...Ahora me voy a escuchar mi colección de Yann Tiersen, gracias a tí.

    (esa foto de "yo" de la derecha...¿eres tú? Un placer enorme verte...)

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  4. Creo que Laura se apresura, ese chico no es el único chico aunque de momento así le parezca. Puede seguir haciendo lo que ama, ya conocerá al indicado.
    Besos

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  5. Laura parece una persona que sabe mirar, no sólo ver lo que hay fuera, también asomarse dentro. Siendo una observadora tan perspicaz choca que no supiera interpretar las mil caras del chico. Tal vez el amor turbó su instinto, pero seguro que le servirá para conocer otra "cara" de la vida.
    Salud.

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  6. Què post maravilloso! Buena la historia y un cúmulo de cosas que me conmueven totalmente. Mi pasión por el cine, Amelie, la decepción, las nuevas opciones... Fantástico SU! Admiración total. Te dejo un beso asiiiii de grande!

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  7. A veces percibimos una realidad distinta y con este relato lo expresas. Es lo que tiene el humano de singular.
    Besos su.

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  8. Por cierto tienes un rostro muy bonito.
    Más besos.

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  9. A veces nos ilusionamos con cosas que terminan decepcionándonos, como le ocurrió a Laura.
    A mí también me ha encantado ver tu rostro o, mejor dicho, la mitad de tu rostro.
    Un beso

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  10. ...Nunca se dio cuenta del chico del cine que la miraba a ella y estudiaba sus reacciones. El nunca se decidió a sentarse a su lado. Ahora está en esa discoteca y puede, solo puede que se atreva a acercarse...

    Un beso

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  11. Hola su, me gustaría contar con tu micro Jugando con Letras para mi Microinvitadas de la semana que viene. Espero tus noticias.

    Blogsaludos

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  12. Mil caras se perdió el estreno que esperábamos. Atrapados en su historia, sólo me queda, al menos a mí, irme a una discoteca.

    Un abrazo.

    Octavius Bot

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  13. Nuestro cristal a veces tiene un color diferente a la realidad.
    Me ha encantado, como Amelie.
    Un beso y feliz finde

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  14. Se merecía un final feliz. Aún así me ha encantado toda la lista de personajes... Preciosa historia.
    Un abrazo de títulos de crédito

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  15. Me ha encantado esta historia sin final feliz.
    Me gusta Laura, Amelie y Tiersen.

    Y me encanta como escribes.

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  16. Adoro esa mujer. Me identifico con ela, sus ganas de todo, su inocencia, su inteligencia y su felicidad son cosas que me acercan. Adoro a Amelie.

    Protinus te videre <3

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