
-"Es injusto que me toque siempre el azul...¡MAMÁ, DAME OTRA MONEDA!...igual así me sale otro color"- pensó después de haber pedido a voces dinero a su madre.
Cuando le tocó la naranja sonrió por unos instantes, pero al momento se quedó mirando fijamente el dispensador de chicles, concretamente sus ojos tan sólo veían la verde,
-"No, yo no quiero la naranja...probaré de nuevo a ver si me sale otra...¡ROJAAAAAA...NOOOOO!". Raúl fue hasta sus padres muy triste. Al verlo su madre con la boca llena de chicles y llorando le preguntó;
-"Cariño ¿qué te pasa?".
-"Nada mamá que no me sale el color que quiero".
Que micro más colorido. Te estás superando en originalidad. Mis saludos.
ResponderEliminarPor cierto, ¿de qué color son las pompas?
Je,je,je...yo quiero el azul SU...
ResponderEliminarDispenseme señora pero recien termino de reirme imaginando la cara de mi hijo en una situacion muy parecida, donde uno no sabe si colgarlos del palo mayor o comerlos a besos.
ResponderEliminarP.D: Opte por lo segundo jejeje
Gracias por arrancarme una sonrisa.
Es muy original, desde luego. Ahora solo falta (sin ánimo de ofender) que el niño salga gay, con tanto colorido.
ResponderEliminarSaludos.
Jajajaja.....ese niño del que hablas resume gran parte de mi vida!!!
ResponderEliminarUn beso enorme y ánimo con el blog!
Aquí el Raúl con la boca llena de chicle de colores...
ResponderEliminarCosas de niños y adolecentes también tengo mi nieta en casa y la verdad es capaz de eso y mucho más jajaja.cariños.
ResponderEliminarLos niños, siempre tan ocurrentes, con su pequeño mundo siempre nos sacan una sonrisa.
ResponderEliminarbesos su
Se llama pillar una paranoia ¡Niño deja ya de jugar con los chicles! Será por colores del arco iris.
ResponderEliminarCosas de niños, cosas encantadoras.
ResponderEliminarBesos Su.
Este relato es de los que animan el día... me imagino perfectamente a mis hijos con una pataleta de colores!
ResponderEliminarMuy interesante el uso estilístico del color, aunque claro, la presentación se resiente un poco, a no ser que seas Ágatha Ruiz de la Prada.
ResponderEliminarUn abrazo, Su.
Hola Óscar, los colores en las letras van de acuerdo con el color del chicle que le toca a Raúl o el que desea...respeto a la diseñadora, pero no me gustan sus creaciones. Abrazos
ResponderEliminarEs muy original... no se me había ocurrido pensar en la idea de una farmacia o un hospital, cuna de mis deseos y cómo la vida va ofreciéndonos caramelos o chicles de colores pero no es ése el sabor que buscábamos o el olor que teníamos en mente, aunque muchas veces no hay predispuesto solo que no... no sé... (como los niños caprichosos que rechazan todo solo por el placer de hallar algo distinto...).
ResponderEliminarMe agradó, haciéndo pensar un poco... tocas temas intensos pero sin que se perciba.
saludos.