
No me eches al olvido.
Tengo miedo al olvido
a los besos perdidos
los te amos reprimidos
los abrazos muertos de hastió
Tengo miedo a tu olvido
a ser ayer y pasado
a que la rosa sembrada
en el refugio de tu vientre
un día muera de frió
Tengo miedo a tu olvido
a ser simple materia inerte
miedo a que no me recuerdes
miedo a no volver a verte
Tengo miedo al olvido
de esos suspiros complices
en nuestras noches plenas de amor
de antes y de siempre.
Tengo miedo a tu olvido
y aunque me encuentre alicaído
y sombrío no me eches al olvido.